Posiciones sectoriales

El objetivo del seguro como sector empresarial es formar parte del día a día de personas, empresas e instituciones; entrar en acción ante cualquier imprevisto y conseguir que todo se solucione de forma satisfactoria lo antes posible. A las entidades que forman parte de UNESPA les gusta implicarse en todo lo que hacen. Por esa razón, la Asociación Empresarial del Seguro hace saber la posición de la industria aseguradora en aquellas cuestiones que atañen al sector, así como en los asuntos que marcan la actualidad del país. Aquí vienen resumidas las posturas del seguro en algunos temas de especial relevancia.

UN FUTURO SOSTENIBLE

El sector asegurador ayuda a proteger a la sociedad a través de la prevención y la reducción de riesgos, estimula la innovación y fomenta el desarrollo económico. Estas contribuciones son fundamentales para el buen funcionamiento y la sostenibilidad de la sociedad.

El seguro apuesta por la sostenibilidad en todos sus ámbitos: el ambiental, el social y el de gobernanza (ASG).

La industria aseguradora contribuye a crear una sociedad más resiliente a los efectos perniciosos del cambio climático. El seguro promueve la prevención, indemniza los daños e impulsa la reconstrucción tras cualquier fenómeno de la naturaleza. Pero, además, es un inversor institucional de primer orden y, por esta razón, puede ser un actor importante en el reto de financiar la transición ecológica y la construcción de una economía descarbonizada y más justa invirtiendo en activos “verdes”.

En el ámbito social, el seguro acompaña a las personas a lo largo de las distintas etapas de la vida abarcando situaciones tan dispares como el cuidado de la salud o la gestión de las consecuencias de un accidente de tráfico. También protege el patrimonio de las personas, ya sea gestionando el ahorro a largo plazo como dando cobertura a viviendas y negocios. Con su presencia, el seguro ayuda a reducir las desigualdades y generar una sociedad más cohesionada. Además, se conforma como un sector laboral de referencia, proveedor de empleo estable, igualitario y de la máxima calidad. Un sector abierto al talento.

Por lo que se refiere a la gobernanza, las aseguradoras se encuentran sujetas a uno de los marcos normativos más exigentes a la hora de rendir cuentas ante el público. La promoción de la educación financiera, a través de iniciativas como Estamos Seguros o El riesgo y yo; o la protección del cliente, son ámbitos donde el seguro es particularmente activo. Además, el sector toma parte de alianzas como FINRESP. Esta es una iniciativa conjunta emprendida por UNESPA junto con otras asociaciones representativas de las entidades de crédito y de la inversión colectiva.

La industria aseguradora también desarrolla iniciativas sectoriales, como el fondo solidario del seguro. A través de un conjunto de donaciones agrupadas bajo el lema #EstarPreparados, el sector canalizó ayudas para superar las consecuencias de la COVID-19 a través de programas de apoyo a colectivos vulnerables y la promoción de la investigación científica

EL SEGURO EN LA ERA DIGITAL

El seguro es un sector muy competitivo que necesita adaptarse constantemente a las necesidades de sus clientes. Pero para hacerlo, realiza una apuesta inequívoca por la digitalización.

El seguro es un sector muy competitivo que necesita adaptarse constantemente a las necesidades de sus clientes. Para lograrlo realiza una apuesta decidida por la digitalización.

La clave de la gestión aseguradora reside en la gestión de los datos. El seguro ha fundamentado su actividad, desde sus inicios, en las leyes de los grandes números. La probabilidad y la estadística han permitido mutualizar el riesgo y garantizar la protección ante cualquier eventualidad. En plena era digital es necesario que la normativa tenga en cuenta esta realidad y permita la evolución de la digitalización y la innovación en el sector asegurador, todo ello en un marco de respeto de la competencia y de la igualdad entre todos los operadores.

Este ejercicio debe, además, completarse con una revisión en profundidad de la actual normativa al objeto de liberarla de formalismos y obsolescencias innecesarios y de obstáculos que pueden impedir la integración del sector asegurador en la era digital.

Solo a través de una legislación adaptada y tecnológicamente neutra se permitirá a las entidades poner los avances tecnológicos al servicio de sus clientes y proporcionar productos y servicios que se adapten a sus demandas y necesidades presentes y futuras.

Las leyes del sector asegurador se han elaborado tradicionalmente a través del diálogo entre el regulador, los legisladores y los representantes de la industria. En un momento como el actual, repleto de nuevos retos y cambios sociales, este intercambio de pareceres es, si cabe, más importante para posibilitar las nuevas formas de contratación y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo.

Por último, UNESPA considera también necesario concienciar a la sociedad frente a los riesgos cibernéticos y una promoción de la ciberseguridad, especialmente entre las pymes.

PLANIFICAR LA JUBILACIÓN

España debe garantizar que sus pensionistas de mañana vivan con holgura económica. El seguro y los planes de pensiones contribuyen a este fin al servir de complemento a las pensiones públicas.

La sociedad española envejece. Exactamente igual que la de muchos otros países desarrollados. Este proceso, que es una gran noticia para el progreso social, constituye un reto para esas mismas sociedades a la hora de proveer a los mayores del nivel de vida y de servicio al que tienen derecho. Sin embargo, los problemas generados por el creciente peso de las personas de edad avanzada en el conjunto de la población tienen solución si se promueve el ahorro para la jubilación entre quienes hoy están en activo. En definitiva, el desafío del envejecimiento se puede resolver si se actúa con suficiente anticipación.

España debe garantizar que sus pensionistas de mañana vivan con holgura económica. Sólo así el país será capaz de crecer económicamente y generar prosperidad para su gente. Para garantizar el bienestar de los mayores es necesario que las personas retiradas dispongan de varias fuentes de ingresos. La pensión pública (primer pilar) debe seguir siendo el principal ingreso de los jubilados pero, para no perder capacidad económica en esa etapa de la vida, es conveniente que dicha a pensión se complemente con sistemas de previsión social empresarial (segundo pilar) y con instrumentos de previsión y ahorro individual (tercer pilar).

El apoyo a la previsión social complementaria debe tomar en consideración tanto el ahorro colectivo como el que efectúan los ciudadanos a título particular, pues estos mecanismos permiten atender todo tipo de situaciones laborales (asalariados, autónomos…) y ofrecen más alternativas al ciudadano. En suma, son formas de ahorrar para la jubilación que se refuerzan entre sí. En esta línea, se propone ampliar el reducido limite que existe en la actualidad de aportaciones a planes de pensiones y planes de previsión asegurados (PPA).

Además de fomentar el ahorro para la jubilación, se debe también incentivar que dicho ahorro se perciba posteriormente en forma de renta vitalicia asegurada, garantizándose de este modo que los jubilados puedan disfrutar de sus pensiones complementarias sin estar expuestos a la volatilidad de los mercados financieros o al riesgo de su propia longevidad.

La industria aseguradora ofrece todo tipo de fórmulas para abordar la jubilación. Seguros, fondos de pensiones, rentas vitalicias… Todos estos productos ofrecen vías para generar una pensión complementaria de las prestaciones de la Seguridad Social.

El modelo de previsión social sustentado sobre tres pilares (pensión pública, ahorro colectivo y ahorro individual) es el que señala la Constitución Española y, también, es el que figura en las recomendaciones de las principales instituciones europeas (Parlamento Europeo y Comisión Europea). Además, es importante tener presente que la pensión pública y el ahorro privado para la jubilación, ya sea colectivo o individual, se complementan. La combinación de estos tres elementos es la clave de un sistema de bienestar moderno.

ATENCIÓN SANITARIA

El seguro defiende la colaboración público-privada como la vía para prestar el mejor servicio sanitario con los recursos disponibles en un contexto de envejecimiento de la población. También como vía para atender las consecuencias de los accidentes de tráfico.

El acceso a la atención sanitaria es uno de los pilares del bienestar de los ciudadanos españoles. El acceso a la sanidad pública está garantizado, pero el envejecimiento de la población constituye una presión sobre los presupuestos del Estado. Con el fin de garantizar el mejor servicio posible con los recursos disponibles, el seguro lanza varias propuestas a los poderes públicos. Por un lado, el seguro sugiere establecer marcos de colaboración público-privada donde la atención sanitaria sea prestada por el actor que sea más eficiente, al tiempo que se mantiene la universalidad del acceso al servicio. La creación de estos acuerdos permitiría:

  • Reducir la factura sanitaria o, lo que es lo mismo, atender a más gente y mejor con la misma cantidad de dinero.
  • Reducir las listas de espera y mejorar la calidad de la atención a los pacientes.
  • Disponer de las mejores infraestructuras para la atención sanitaria.

Por otra parte, se pueden fijar diversos incentivos fiscales en favor de los seguros privados de salud con el fin de reducir la carga de personas que recurren a la sanidad pública. A fin de cuentas, todo paciente que es atendido por esta vía no genera gasto para la red sanitaria del Estado. También se propone mejorar el sistema de financiación de las mutualidades de funcionarios (MUFACE, MUGEJU e ISFAS) dada su positiva experiencia y que el 80% de sus miembros elige el seguro privado. El seguro aboga, en definitiva, por optimizar los recursos sanitarios disponibles, sean estos públicos o privados. Solo así se podrá atender a la mayor cantidad de gente posible de la mejor manera posible.

En el ámbito de los accidentes de tráfico, el sector asegurador cuenta con convenios para la prestación de la asistencia sanitaria a las personas afectadas. Colabora tanto con los servicios de salud de las distintas comunidades autónomas como con los distintos actores de la sanidad privada.

GARANTÍA DE MOVILIDAD

Los medios de transporte acercan a las personas. El seguro es el mecanismo que hace posible la convivencia de las distintas formas de movilidad, incluidos los vehículos de movilidad personal. Es la herramienta que permite que todos esos desplazamientos se efectúen con las garantías apropiadas.

El seguro es la red de seguridad que abarca todo el tráfico rodado. Conductores, ciclistas y peatones se desplazan por calles, caminos y carreteras sabiendo que, si se produce un accidente y alguien sale dañado, ahí estará el seguro para atenderles y reparar ese daño. La industria aseguradora conoce a fondo la realidad de la movilidad y los accidentes de tráfico. Por eso, es una firme defensora de todas las medidas que, tanto desde las autoridades públicas como por parte de la sociedad civil, se pongan en marcha para facilitar la convivencia entre las distintas formas de desplazarse. Incluidas las nuevas formas de movilidad personal. La industria aseguradora estará siempre ahí, respaldando la prudencia y la cultura de la prevención. Incentivando que exista un marco de protección y aseguramiento que tenga presente todas las maneras de desplazarse.

ATENCIÓN AL CONSUMIDOR

El seguro está cerca de sus clientes. Cuenta con una red de atención flexible y próxima, dispuesta a atender al consumidor dónde y cómo prefiere. Combina la atención telemática con la interactuación personal. Además, si surge alguna reclamación, el seguro se compromete a dar una respuesta de manera ágil a sus clientes.

El seguro lleva en su ADN el compromiso de atención a sus clientes. Para ello, dispone de todo tipo de medios y recursos. A la atención telefónica e internet hay que añadir un extenso mapa de puntos de atención presencial repartidos por toda España (oficinas propias, mediadores y sucursales bancarias, entre otros).

Esta cercanía permite gestionar las necesidades de los clientes y atender eficazmente cualquier petición, consulta o incidencia que tengan.

El sector asegurador dispone desde hace más de 20 años de un servicio de atención al cliente (SAC) de primer nivel que permite atender y resolver las reclamaciones en un plazo de 20 días.

Adicionalmente, los clientes de seguros se benefician de la protección reforzada que supone formar parte de un sector regulado que cuenta con una normativa específica relativa al contrato de seguro y cuya actividad se encuentra supervisada por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).

Por todo ello, UNESPA considera que cualquier iniciativa general en materia de consumidores debe respetar las particularidades y especialidades del sector asegurador, que por la especial naturaleza de su actividad y su extensa regulación es garantía de una correcta atención a sus clientes.

UN SUPERVISOR INDEPENDIENTE Y ESPECIALIZADO

El seguro es una actividad empresarial supervisada. Para prestar el mejor servicio, necesita el mejor de los supervisores.

El seguro es una actividad empresarial supervisada. Es decir, está sometido a la vigilancia de las autoridades públicas. Para prestar el mejor servicio, el seguro necesita el mejor de los supervisores. Las autoridades deben ser capaces de entender la idiosincrasia de este negocio y acompañarle en su evolución. Por eso, la industria aseguradora aboga por un supervisor que reúna estas características:

  • Independencia: el supervisor de seguros debe ser independiente del poder político para acometer su labor de control en base a criterios estrictamente técnicos, según fijan las recomendaciones establecidas por los organismos internacionales.
  • Capacidad: El supervisor de seguros debe realizar una importante y sofisticada labor técnica. Por ello, es necesario que cuente con los recursos adecuados (económicos, humanos y tecnológicos) para desempeñar su trabajo con la máxima eficacia y estar al mismo nivel que el resto de supervisores europeos.
  • Especialización: El sector financiero abarca muchas actividades: la concesión de créditos, la gestión de activos, el aseguramiento, los medios de pago, etc. Son negocios muy diferentes entre sí. Las dinámicas a las que obedecen son distintas. Por eso, el seguro debe disponer de un supervisor propio, especializado en la materia y que conozca sus condicionantes. En definitiva, el seguro necesita a un supervisor que comprenda los matices que lo definen y con el que la industria pueda mantener un diálogo técnico, formado y fluido. El consumidor de seguros también merece una protección específica, pues sus necesidades cuando busca un determinado producto financiero varían considerablemente.

DESASTRES NATURALES Y OTRAS CATÁSTROFES

El seguro y el reaseguro permiten protegerse de desastres naturales y las catástrofes causadas por el hombre.

El seguro constituye el mecanismo de protección diseñado por el ser humano para protegerse frente a los desastres de la naturaleza y las catástrofes causadas por el propio hombre. El seguro y el reaseguro tienen un papel que jugar cuando se producen los acontecimientos más graves. Terremotos, inundaciones, tempestades ciclónicas, embates de mar, erupciones volcánicas, sequías, vertidos tóxicos, radiación nuclear, atentados terroristas… Para todos estos riesgos el seguro ofrece coberturas.

Enfrentar las consecuencias económicas de las catástrofes naturales y antropogénicas está en el interés de cualquier sociedad desarrollada porque dichas pérdidas pueden llegar a ser muy elevadas. España, en este sentido, está en la vanguardia del aseguramiento de catástrofes naturales mediante una institución pública, el Consorcio de Compensación de Seguros, que ha demostrado su utilidad sobradamente en el último medio siglo.

No obstante, frente a enemigos tan fuertes e impredecibles como las catástrofes, nunca todo está hecho. Hace falta reflexionar sobre medidas de prevención eficientes que permitan mitigar las consecuencias de lo malo cuando se presenta. El seguro respaldará siempre iniciativas como la construcción de diques y malecones; la limpieza de los cauces de los ríos; la existencia y aplicación de unas normas de edificación estrictas frente a seísmos y que, también, favorezca la edificación sostenible y que ahorre energía; la protección del medio ambiente con el mantenimiento puntual y la revisión escrupulosa de centrales nucleares; el control de plantas químicas y todo tipo de centros donde se manejen productos tóxicos o contaminantes; así como el cuidado atento de las infraestructuras de gestión del agua. En definitiva, el seguro hará todo lo que está en su mano para evitar que se produzca un desastre o, si esto no es posible, minimizar los daños que genere un acontecimiento catastrófico.